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UN RUGIDO CON ACENTO VENEZOLANO
Por Nano Díaz.

Miguel Cabrera nos sigue demostrando año tras año que sus números no son cuestión de suerte, o de una buena temporada, mucho menos de una mera casualidad; todo ha sido mérito propio desde el primero de sus logros hasta el más actual, que ha sido el bate de plata en la posición primera base de la última temporada de las Grandes Ligas; y es que las últimas temporadas les ha enseñado a todos que no le hace falta estar al 100% físicamente para estar peleando en cada renglón posible en lo que a batear se refiere.

Cada temporada que lo veo jugar, constantemente rompiendo records, tanto entre los venezolanos, como generales de La Gran Carpa, sabiendo que todavía se le puede llamar un deportista joven, me genera una gran pregunta (y creo que no solamente a mi persona), y es la siguiente: ¿es Miguel Cabrera el mejor bateador de todos los tiempos?

Y es que hasta el gran cerrador, ya retirado, Mariano Rivera, histórico de los Yankees y del beisbol en general, reseña en su libro autobiográfico “El cerrador”, lo siguiente: -“Hago mi larga mecánica y luego disparo una recta de dos costuras, violando Evangelio de Wetteland, porque creo que puedo engañar a Cabrera por tirar lo que no está esperando. Al momento que hizo contacto incliné mi cabeza hacia el montículo. Yo sé dónde va a terminar la bola... en la oscuridad del jardín central. Mi sorpresa no es por lo que acaba de ocurrir, es sobre el don de bateo con el que Miguel Cabrera ha sido bendecido. Él manejó dos lanzamientos con los que por lo general termino el juego. Extendió su turno al bate... y entonces me venció”. 

Si una persona como Mariano tiene esa clase de respeto por Miguel, entonces quiere decir que en definitiva está haciendo las cosas bien; y no solo dentro del campo, sino también ayudando a jóvenes atletas con academias, tanto nacionales como en el extranjero.

Ya Miguel no debe demostrarnos nada, pero en lo personal creo y quiero que el gran Cabrera nos siga sorprendiendo… y rugiendo cada vez más fuerte.