Menos es Más
EL BARIQUÍ SONRÍE CON EXPRESIÓN DE TRIUNFO
Por Kleibs J Blanco
A veces las circunstancias de la vida nos dejan grandes aprendizajes. Una lagrima, una tristeza, un dolor, un sufrimiento ajeno puede ser el detonante para que una masa enorme de personas se junten para regalar alegrías a los que la vida les ha golpeado un poco más duro. Esta semana querido lector, querida lectora no les diré que sean felices, que sonrían siempre, que la vida es color de rosas, porque muchas veces no lo es.
Esta semana quiero comentarles una experiencia llena de emociones que viví en un pueblito muy hermoso de nuestra Venezuela: “El Bariquí”. Se preguntarán por qué les quiero hablar de esto y es fácil explicarlo. Existe un culpable, Miguel Ángel Jiménez Hernández, un chamo que sin conocerlo mucho y sin tener el honor de hablar extensamente con él, me ha enseñado que para el que quiere, todo es posible y que no existen lágrimas de dolor que sean más fuertes que las lágrimas de felicidad. Para ser sincero, esta semana quería hablarles del valor de la familia pero me di cuenta que un grupo sanguíneo no te hace ser familia, pero un apoyo, un aporte, el interesarte por la salud, el bienestar y la condición de vida de los demás, eso amigos, eso sí es familia.
Decía Chespirito “La risa es una expresión de triunfo del cerebro” y en este viaje tan magnifico por el Bariqui entendí eso.
Muchas veces nos quejamos por no tener comida, por no tener un pantalón nuevo, hasta por no tener saldo en el celular y no nos damos cuenta que existen personas como nuestro querido Miguel que celebra con una expresión de triunfo convertida en sonrisa el estar vivo, el tener una madre, una hermana, un hermano y dos sobrinos sorprendentemente felices de poder compartir con él cada día, un pueblo que lo adora, que con solo escuchar su voz mediante una llamada inesperada lo sienten presente. Un pueblo que recuerda su infancia con alegría, que al ver las fotos de Miguel y verlo en video no tienen otra frase más que gritar al unísono: “TODOS POR MIGUEL”. Amigo, tú que me lees cada lunes quiero decirte que APRENDÍ A SONREIR EN MEDIO DE TANTAS LAGRIMAS, no existe ningún problema que sea más grande que las ganas de luchar, no existe ningún inconveniente que te limite a seguir adelante, no existe ninguna traba que logre borrar de tu mente la poesía de ser feliz, no hay en el mundo un Miguel sin un Bariqui.
Esta semana, más que cualquier otra semana debo decir que aprendí que definitivamente ¡MENOS es MAS! Y que sí, muchas veces no contamos con tanta gente, no contamos con tantos recursos, muchas veces no tenemos ni siquiera como movilizarnos pero todos tenemos un Bariqui que nos dice si se puede porque…
¡En Masa, al Bariqui no lo supera nadie!
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