Bariquí, territorio bendito
Por NawaraProducciones.
Para culminar nuestra semana dedicada a ese rinconcito de Venezuela lleno de magía, los llevaremos a ustedes, amigos lectores, a dar un paseo por Bariquí para asegurarnos que conozcan y se enamoren tanto como nosotros de este pueblo.
Bariquí es una población ubicada a un poco más de 6 kilometros de Puerto Cumarebo, en el municipio Zamora del estado Falcón. Se encuentra a 249 metros sobre el nivel del mar y tiene un bendición natural por su ubicación montañosa.
Es un pueblo de subidas y bajadas, curvas pero sobretodo naturaleza. Su gente es amable, colaboradora y se autodenominan conservacionistas por su constante lucha por mantener en las mejores condiciones todo el ambiente que los rodea.
El nombre de Bariquí se lo deben a un árbol, una especie de manglar, de ramas largas y de mucha altura. Una de estas plantas se encontraba en el centro de lo que hoy es Bariquí y los habitantes de Santo Domingo, una población ubicada en una zona más alta, se encontraban en ese árbol luego de su jornada de trabajo y poco a poco este sitio se conviertió en el punto de reuniones de los vecinos.
Maribel Hernández, habitante de esta población y quien nos dio toda la información necesaria sobre un pueblo que su familia lleva en la sangre, nos habló en primera instancia de la iglesia de la zona, que celebra sus 100 años de contrucción y fue declarada Patrimonio Cultural recientemente.
Nos contó que su estructura es de madera y bahareque, debido a esto constantemente se realizan trabajos de mantenimiento y reparación. Además, por encontrarse sobre terrenos de arcillas expansivas, las condiciones climaticas han afectado la construcción. Es por eso que un grupo de habitantes han dedicado mucho tiempo a la solicitud de apoyo a instituciones y a los mismo vecinos para la recuperación de la Iglesia de Bariquí.
Esto nos lleva una caracterista resaltante en la personalidad del habitante de este poblado: su devoción. Son católicos en su mayoria, le rinden tributo a su patrona, Nuestra Señora de los Dolores, tradicionalmente conocida como La Dolorosa. Sus calles se visten de fiesta toda una semana en septiembre en su honor, con misas, actos culturales, encuentros deportivos, jornadas ambiantales, porque si algo tiene el Bariquí es su espíritu de amor por la naturaleza.
Y es que el Bariquí tiene mucha naturaleza a la que amar y agradecer. Desde una enriquecida fauna, que cuenta con venados, cunaguaros, una extraña especie de leones, osos hormigueros, gavilanes, monos, morrocoyes y el habitual despertador por las mañanas, las guacharacas.
Pero su riqueza, no termina ahí, es más eso es solo un abreboca, porque entre lo verde de sus montañas -a pesar de tener años sin caer una lluvia fuerte-, se encuentran más de 17 manantiales que surten de agua potable a toda esta población.
En un principio, el sumistro de agua era por acueductos rurales que trasladaban el agua hasta un inmenso tanque de acero que caía en apenas tres tomas de agua impulsadas únicamente por el fenómeno de la gravedad. Recientemente, se colocaron más de 1700 metros de tuberías de 4 pulgadas con un sistema por presión y gracias a bombas hidráulicas, el vital líquido llega directamente a las casas de la mayoría de los bariquiseros, exceptuando la zona de Santo Domingo, debido a la altura de este sector.
Para los bariquiseros, el Cerro Maracuica o Quiragua, como muchos los llaman, es sagrado, es la mayor bendición que la naturaleza les pudo dar; es por eso que lo defienden hasta con las uñas. Nos comenta la Señora Maribel, que recientemente pretendían explotar la piedra caliza en las cercanias de uno de los más caudalosos manantiales del Maracuica pero gracias a la organización de la comunidad pudieron detener esas intenciones que afectarían su sumistro de agua, además del daño ambiental que ocasionarían.
"Falcón en general tiene muchas riquezas minerales que se deben valorar pero sin afectar el ambiente. La piedra caliza de aqui es de las mejores. Y aun existen muchos minerales que gracias a Dios aun no se han explotado. Queremos crecer pero de manera organizada y armonía con nuestra naturaleza", resaltó Maribel.
Bariquí cuenta con un colegio que educa a niños desde preescolar hasta bachillerato, tiene servicio de aseo, incorporado recientemente; según nuestro punto de vista, tienen un escaso servicio de transporte; tienen unas instalaciones deportivas, viviendas inmensas y se enorgullecen en decir que no tienen ranchos, debido al plan nacional de vivienda y posee una maravillosa muestra histórica de las poblaciones originarias.
En el cerro Maracuica, se hallaron cementerios indígenas. Específicamente en San Pablo, en la comunidad Taica, se encuentra la mayor concentración de muestras, con piezas como pipas, piedras lìticas, vasijas mortorias. Esto indica que las raices originarias de Puerto Cumarebo se encuentran en Bariquí.
Es así como finalizamos este viaje por este hermoso pueblo que nos recibió con una sonrisa y nos dejó una experiencia inolvidable, nos enseñaron la importancia de trabajar en equipo, nos regalaron sus hospitalidad, nos mostraron que preservar el ambiente más que un principio debe ser una obligación pero sobre todo pudimos confirmar que "En masa, al Bariquí nadie lo detiene".
Gracias, bariquiseros y hasta la próxima
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