Entre ritmo y melodía
SONIDO GENERADOR DE EMOCIONES
Por Angela Parra.
La humanidad ha pasado siglos buscando algo en lo que todos podamos coincidir, ese punto de encuentro que nos transforme en una unidad a pesar de nuestras diferencias. Hablemos de ese "algo" que yo encontre hace mucho tiempo y que puede que sea de las pocas cosas en la que cada ser humano coincide: su agrado hacia la música.
Y es que aun estoy esperando tropezarme con una persona que me asegure que no le gusta la música. No estoy hablando de las diferencias que puedan causar los diversos géneros musicales, me refiero a ese punto de encuentro que se crea entorno al disfrute de una melodia, a la apreciación por lo que esta definido como "la secuencia de sonidos organizados y agradables al oido". La música nos da ese sentido de unidad que nuestra especie necesita.
¿Por qué? Simple: la música genera emociones. Para unos es una vía de escape luego de un mal día, para otros es la melodía que acompaña un buen baile, algunos dicen que es la mejor acompañante a la hora de enamorarse, recordar a alguien o tener el corazón roto, existen muchos que la usan para expresar su protesta social, mientras que unos cuantos es simplemente su modo de vida.
No puedo dejar de mencionar el impacto social que tiene la música. Existen miles, probablemente millones de personas a quienes la música ha ayudado a surgir en un entorno de pobreza o conflicto. Son muchos los estudios que confirman un mejor rendimiento académico en los jovenes y niños que tienen alguna actividad relacionada con la música.
Soy defensora de la idea que establece que la música nos une, tal como menciono al principio. Pero ademas, nos transforma, nos ayuda a defender algún ideal, a conocer de culturas, a dar un mensaje, a producir algún sentimiento.
De la misma manera, dentro de la música hay variedad, hay diversidad especialmente creada para todos los gustos. Sin embargo, se nos ha hecho tan común criticar a los que no piensan como nosotros que nos resulta facil desprestigiar los diferentes estilos músicales; muchas veces consideramos que nosotros y los que piensan como nosotros somos los que tenemos "buen gusto" músical, intensificandose el debate entre generaciones. Es ahí cuando debemos hacernos una pregunta que aplica para muchas situaciones de la vida: ¿quiénes somos para juzgar?
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